Lesmes tira la toalla y abandona el cargo este lunes

Una vecina observa el panel de botones del ascensor. / D. Torres

La Policía Nacional inspeccionó ayer por segunda vez el ascensor donde murió un hombre de 51 años en el edificio donde residía en Valencia. Cuatro agentes se desplazaron a la finca con un técnico de la compañía Kone, la empresa encargada del mantenimiento del elevador, y examinaron de forma minuciosa el mecanismo de apertura de las puertas.

Tras realizar las comprobaciones oportunas, los policías ordenaron al técnico que bloqueara el ascensor y colocaron un cartel para informar a los vecinos de la incidencia. «Nos han dicho que no podemos utilizarlo hasta que no terminen las investigaciones», asevera Esmeralda B., la compañera de piso del hombre fallecido. «Los que viven en los pisos más altos están molestos por la decisión, pero han bloqueado el ascensor por la seguridad de todos», añade la vecina.

La muerte de Alberto G. M. tras quedar atrapado en el ascensor causó ayer una gran conmoción en la comunidad de vecinos. Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS en exclusiva, los hechos ocurrieron el pasado sábado por la tarde en el número 11 de la calle Poeta Altet, en el distrito de Benimaclet. Unas huellas halladas en el panel de los botones indican que la víctima accionó presuntamente el pulsador de emergencia para pedir auxilio, pero muchos de los pisos estaban vacíos por el éxodo vacacional. Los pocos vecinos que se encontraban en sus casas aseguran que no oyeron el sonido del timbre ni gritos.

Tras reconstruir las últimas horas de vida de Alberto y comprobar en qué momento se averió el ascensor, los vecinos calculan que estuvo unas tres horas atrapado. Los bomberos intentaron reanimar a la víctima. El forense contempló la posibilidad de que el hombre pudo sufrir un infarto por la situación de angustia al quedarse encerrado.