Los investigadores que analizan el caso de Alicia Sánchez, la joven que murió al caer 10 pisos por el hueco de un ascensor en Pinamar el último fin de semana, tienen una certeza: el aparato falló. Más allá de que haya sido un accidente o de que alguien la haya empujado, para que el cuerpo caiga de la manera que lo hizo y quede encima del cubículo es porque inexorablemente hubo una avería. Por esto, en las próximas horas un ingeniero mecánico de La Plata llegará a la ciudad balnearia convocado por el fiscal Juan Pablo Calderón para realizar un profundo peritaje. Lo que busca saber la Justicia es qué tipo de falla pudo haber existido para que la primera puerta se abra sin que este el ascensor en ese piso.

Por el momento, la información que hay en el expediente sobre el funcionamiento del ascensor indica que la última revisión realizada por los técnicos se hizo hace 15 días y que, según quedó asentado por escrito, todo funcionaba correctamente.

Pero en esa oportunidad se realizó un trabajo extra. Se cambiaron las puertas interiores. Hasta ese momento el ascensor contaba con las antiguas puertas tijeras, que ya están prohibidas. En lugar de esas se colocaron otras plegables, un poco más modernas, aunque también manuales.

La reconstrucción de la noche del hecho que configuró el fiscal Calderón indica que Alicia estaba en una fiesta en el departamento de un amigo, en el piso 10 del edificio ubicado en Constitución, entre Simbad y Del Libertador. Había al menos 15 personas más. Cuando ya era la madrugada del sábado, cerca de las 3:30, toco el timbre el hermano de la víctima para sumarse a la celebración. Alicia se ofreció a bajar y abrir la puerta. Fue la última vez que la vieron.

“No descartamos que la falla se pudo haber producido por ese cambio de puertas, aunque eso lo determinará la pericia. Desde la fiscalía se habló de manera informal con varios especialistas y todos coinciden en que es extraño que el ascensor falle pero puede pasar porque estamos hablando de una maquina”, explica una fuente de la investigación.

Tal como muestran las fotos que acompañan esta nota y que pertenecen al expediente, en el piso 10 el ascensor tiene dos puertas manuales. La primera es blanca y la segunda, plateada, que son las que se colocaron recientemente.

La hipótesis principal de la Justicia es que Alicia abrió la primera puerta manual sin que este el ascensor en ese piso y, al dar el paso adelante, cayó al vació. Esta teoría se sustenta en que, hasta el momento, no hay ningún indicio que indique que había alguien más junto a la joven en el momento en que bajó a abrirle a su hermano.

“Sin embargo no descartamos que esto puede ser un homicidio doloso. Sólo que por el momento no surge ninguna evidencia. Casi todos los testigos que hablaron en la causa coincidieron en que ella bajo sola. Nadie da una versión diferente. Otro dato importante es que junto al cuerpo estaban las llaves del departamento, lo que avalaría la teoría de que era ella la que iba a bajar a abrirle al hermano”, continúa un investigador.

La autopsia realizada al cuerpo reveló que Alicia cayó todavía sobre el techo del ascensor que se encontraba en planta baja. Se hallaron múltiples traumatismos producto de esa caída. Las pericias que se hicieron agregaron que una vez que la joven ya había caído, alguien accionó el ascensor que, al subir, por la misma inercia del movimiento arrastró el cuerpo hacía uno de los costados provocando lesiones aún más graves.

Volviendo a la pericia que será fundamental para el caso, se espera que el ingeniero mecánico llegue a Pinamar en los próximos días. “No fue fácil conseguir un especialista de este tipo que pueda realizar el análisis que se necesitaba, por eso debimos buscarlos en La Plata”, aclaran desde las fiscalía. Por lo pronto el ascensor está precintado e inutilizado. Adentro todavía está intacta la oblea que marca el último chequeo que se realizó.

Si bien la causa fue caratulada en un principio como averiguación de causales de muerte, ayer al mediodía el fiscal Calderón decidió convertirla en homicidio culposo e imputar a dos personas. Uno de ellos es el técnico que revisó el ascensor. Su firma está estampada en la oblea que quedó pegada en el aparato. El otro es el titular del consorcio. De esta manera, ambos tendrán la posibilidad de defenderse. Es decir, de proponer a sus propios peritos para que también estén presentes en la pericia al ascensor.