El botón del ascensor no, pero el de la ducha de la playa, sí - NIUS

2022-10-10 05:44:57 By : Ms. Hu Belinda

Playa de Oza (A Coruña). Doce de la mañana. Cientos de personas disfrutan de un espectacular día de sol. Se bañan, se broncean. Antes de marcharse de vuelta a casa, muchos pasan por la ducha. Unos lo hacen para sacarse la arena que llevan impregnada en los pies. Otros se frotan la cabeza y la cara para sacarse el salitre del mar. Todos, uno tras otro, pulsan el mismo botón. Y varias veces. Si no lo hacen, el agua no sale.

En media hora, pasan por la misma ducha unas treinta personas. Madres y padres con niños. Adultos. Personas mayores. ¿Qué hubiera ocurrido si una de ellas estuviera infectada por coronavirus? La mayoría, cuando les preguntamos, confiesan que no se han acordado del 'bicho' al tocar el grifo. “He pensado: ¡qué bien, las duchas están encendidas! Y sí, me había olvidado del coronavirus, ni me he dado cuenta”, comenta Belén a NIUS. Enfundada en un neopreno, ella ha ido a mojar su gorro y sus gafas antes de lanzarse al mar. “Volveré a quitarme el salitre porque voy a nadar. Pero ahora que me lo has dicho, le daré con el codo”, comenta.

A Svetlana la abordamos justo después de salir de la ducha con sus dos niños pequeños. Ella es de las que desinfecta hasta el calzado cuando llega a casa. “Me descalzo fuera, desinfecto lo que compro, evito tocar cualquier cosa en la calle... Pero ahora en la playa, viendo a todo el mundo sin mascarilla, es como si uno le perdiera el miedo”, explica a NIUS. En cuanto terminamos de hablar con ella, abre su mochila y se limpia las manos con gel hidroalcohólico.

Ángel, jubilado, va casi todos los días por la mañana a darse un chapuzón a la playa de Oza. Tras salir del agua y antes de volverse para casa, la ducha es sagrada. Él es el único que sí reconoce que ha pensado en si los grifos podrían ser un foco de transmisión del virus. “Al botón del ascensor le doy con la punta de la llave. Pero esto no me da miedo, ya que considero que el agua limpia los virus”, cuenta. Después de Ángel, el que pasa por la ducha es Ezra. “Creo que no debemos ser paranoicos ni preocuparnos en exceso porque acabará siendo un problema para nuestra salud mental”, apunta este joven.

A José, jubilado también, le interrumpimos en medio de una ducha. ¿Ha pensado al presionar el botón en el coronavirus?, le preguntamos. “Hay que tener siempre cuidado, pero hasta no tengo un pañuelo ni nada a mano para darle. Ahora que toqué, ya voy a seguir tocando”, comenta. Él también es de los que sigue una higiene de manos escrupulosa. “Intento tocar lo menos posible y cuando llego de la calle me lavo las manos. Cuando estoy en casa, también lo hago constantemente”, explica. Sin embargo, esta vez ha tenido un desliz.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) del 23 de mayo marcó las condiciones que deben cumplir los usuarios que acuden a las playas en la fase 2. En el punto 2 se recoge expresamente que está permitido el uso de duchas y lavapiés en los arenales. Pero, como en el caso de los vestuarios y los aseos, se exige reforzar la limpieza y desinfección de los mismos.

Sin embargo, en esa misma publicación, cede competencias a los ayuntamientos. Estos pueden imponer sus propias restricciones en los arenales que estén dentro de su término municipal. Por ejemplo, en A Coruña se pensó en un primer momento en precintar las duchas. Una norma que cambió tras la publicación del BOE, dejando su uso a criterio del bañista. En Cádiz, en cambio, el ayuntamiento ya ha anunciado que eliminará los lavapiés, las duchas y las fuentes de agua potable para evitar que sean focos de contagio del Covid-19.