Una de las problemáticas que más fuertemente azota a los colombianos es la inseguridad. El gobierno de Iván Duque, de un partido que prioriza el control de la delincuencia, vio aumentar los indicadores en las principales zonas urbanas. Ciudades como Bogotá, donde pocos se sienten seguros, son los epicentros de la problemática.
Ahora, los candidatos a la Presidencia se la juegan para que los colombianos vuelvan a sentirse seguros tanto en los municipios como en las zonas más aisladas. Para algunos es una prioridad, mientras otros aspirantes le dan más importancia a otras temáticas.
Por esto, SEMANA recopiló las más destacadas y centrales propuestas de los cuatro candidatos más opcionados para llegar a la Casa de Nariño.
El puntero en las encuestas, quien cuenta con una agenda progresista y ambientalista, no prioriza la seguridad ciudadana entre sus propuestas más destacadas. A pesar de esto, le dedicó un punto completo de su programa de gobierno.
Este se enfoca en “una seguridad humana que se mida en vidas”, lo cual significa transformar el enfoque basado en la “construcción y eliminación del enemigo interno”.
En cambio, propone “seguridad humana basada en la igualdad, la protección de la soberanía nacional, la seguridad ciudadana, el cuidado de la vida y la naturaleza”.
Se habla de una “desmilitarización de la vida social”. Se consolidará el principio constitucional de la prevalencia de la autoridad civil por encima de las Fuerzas Militares. Todo esto, con una fuerte orientación a la protección de derechos humanos.
Después de los Acuerdos de Paz, según el programa, se debe aplicar una reforma progresiva a las Fuerzas Armadas cambiando roles, misiones y la llamada “doctrina de seguridad nacional”, que será reemplazada.
Propone el fortalecimiento de la seguridad de los líderes sociales y la movilización. La Unidad Nacional de Protección (UNP) se reestructurará en favor a estas poblaciones amenazadas. Impulsaría también el desmonte del Esmad.
Poco se habla de la situación de seguridad centrada en las zonas urbanas y en las nuevas olas de delincuencia. Tampoco habla sobre el combate a los grupos guerrilleros y organizaciones narcotraficantes.
De forma reiterada y enfática, el candidato ha dado a conocer que es el tema central de sus propuestas a la Presidencia. Sus ideas se centran en el “orden y oportunidades”, que cuentan con un fuerte enfoque en el fortalecimiento de la seguridad.
La meta de Gutiérrez es una cifra de homicidios de cero, la cual es la única aceptable en su opinión. “Las muertes violentas tienen que acabarse”, indica el candidato. También se enfoca en la “tranquilidad” de los colombianos trabajadores, lo cual influye en su calidad de vida.
El primer punto es un plan de choque frente a la presencia de grupos criminales en zonas rurales y robos en las grandes ciudades. En primer lugar, buscará ampliar la capacidad operativa y presencia efectiva de la Fuerza Pública. Fortalecer inteligencia, tecnología, investigación criminal, pie de fuerza y las fuerzas de tarea.
En segundo lugar, junto a Fiscalía y rama judicial, la persecución de los objetivos de alto valor y la implementación de planes para asegurar control territorial. En tercer lugar, recalca que será un programa integral que pretende también llevar maestros, médicos, nutricionistas y fuerza social a los territorios.
También propone unas reformas en seguridad contenidas en una batería de leyes antimafia, una Unidad Nacional Contraatracos y una reforma a la Policía Nacional y las Fuerzas Militares.
Frente a las disidencias del Acuerdo de Paz, el candidato las menciona para “combatir con toda la contundencia” por hacerle “trampa” a la negociación.
Sergio Fajardo es un hombre de educación y medio ambiente. Seguridad no está entre las cinco primeras que expuso en su página web. Sin embargo, en el capítulo reconoce que “los colombianos tienen miedo”.
“Mientras las ciudades están asediadas por el incremento de homicidios y hurtos, grandes extensiones de los territorios están controlados por organizaciones criminales”, dice la propuesta.
A pesar de reconocer que se necesita fortalecer este aspecto, tal como Petro, pone el respeto por la vida y los derechos humanos en el centro del proyecto para devolverle la tranquilidad a los colombianos.
El enfoque está en la seguridad, justicia y la convivencia ciudadana. Propone aumento de pie de fuerza, la transformación de los CAI en Centros de Atención Integral a la Ciudadanía, descongestión judicial y cultura ciudadana.
En los territorios, comenzará por restablecer la confianza de la población civil hacia la Fuerza Pública. Fortalecerá la Policía Rural, la cual trabajará de la mano a la Defensoría del Pueblo.
Creará el Ministerio de Seguridad y Convivencia Ciudadana para darle un enfoque civil a la Policía, la cual, junto a las Fuerzas Militares, será objeto de reforma. También se profesionalizará las carreras en las instituciones y se mejorarán las condiciones laborales.
En seguridad, el ingeniero Rodolfo Hernández reconoce que el país no atraviesa un buen momento en seguridad. De acuerdo con su programa, “la ciudadanía no se siente segura”. Para ilustrar la problemática, muestra datos de percepción, delincuencia común y crimen organizado.
La visión de Hernández, tal como lo ha dicho en debates, es que “un ciudadano con ingresos y sin hambre no es violento”. Sin embargo, no descalifica otros factores que influyen en la delincuencia.
Para combatir el problema, propone un cambio de enfoque por completo. El primer punto es generar ingresos dentro de la población con una fuente de recursos fija para poder construir bienestar.
Además, alcanzar la meta de “cero impunidad” contra quienes generen inseguridad y políticos corruptos que alejan las metas de necesidades satisfechas.
“La politiquería es generadora directa de violencia por la desatención de las necesidades ciudadanas”, se lee en el documento.
Esto lo acompaña una reforma al Inpec, establecer un nuevo concepto de seguridad, una política clara de defensa nacional, bienestar para los uniformados de las Fuerzas Armadas y modernización del equipo militar.
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