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Infografía del elevador que llevará del Paseo de Gernika a la calle Orimendi y al futuro Centro Social Aranealde a construir en Urbietxea.

Salvar o en su caso mejorar las barreras arquitectónicas existentes en diferentes calles y zonas del municipio es una de las mayores preocupaciones que ronda en el quehacer de los actuales regidores de la villa. Uno de problemas a los que el actual equipo de gobierno municipal, presidido por la alcaldesa Leire Artola, quiere dar solución.

El lunes daba inicio la obra de otra esperada mejora que facilitará el acceso de las personas a las zonas altas de la villa. La maquinaria pesada entraba en el callejón escalonado que une la Avenida de Navarra-Paseo de las Pérgolas o de Gernika con la calle Oriamendi. Su objetivo, allanar el terreno, es decir que parte de las escalinatas pasen a mejor vida, preparando ese área para dar inicio a las obras de instalación del ascensor. Estos trabajos, tienen 5 meses de plazo, se adjudicaron a la empresa Otegui Gaztañaga. Se podrá disfrutar del mismo a finales de año; su coste es de 242.624,16 euros.

Se trata de una zona escalonada, muy transitada por los beasaindarras, mejora que ya se acomete y beneficiará totalmente, de manera especial al vecindario de las calles Oriamendi, Nekolalde y San Inazio (edificadas en los años 50-60 del pasado siglo XX).

Elevador que, además, llegará al nuevo Hogar del Jubilado o Centro Social Aranealde, que en breve iniciará las obras de construcción de su nueva sede en los bajos de Urbietxea.

Un ascensor que facilitará y mucho, a través de los otros dos ascensores ya existentes, la bajada a la calle, y la posterior y más dificultosa subida, de los residentes en Arangoiti (ahora recluidos en su gran casa por la pandemia) así como de los vecinos de Foru Kalea y calles contiguas.

Será el cuarto ascensor urbano, ubicado a pie de calle que beneficiará a todos los beasaindarras.

El primero de los construidos en plena trama urbana fue el que une Oriamendi con Nekolalde a través de dos elevadores que al mismo tiempo facilitaban el acceso al anterior hogar del jubilado (antigua casa del médico) y a la residencia Arangoiti.

Acto seguido se colocó otro mínimo, muy pequeño que, desde la calle Erauskin facilitaba la llegada a la casa de los mayores, aparato que ante la definitiva bajada de persiana de la casa del jubilado ya ha sido desmontado.

El segundo de los elevadores urbanos llegaba al barrio de la Portería, el tan solicitado, ansiado y muy peleado por el vecindario que reside en la zona alta de la popular barriada. Une la calle José Miguel Iturrioz con Zazpiturrieta y facilita la llegada a sus domicilios de los vecinos de las calles Juan XXIII, Arantzazu y Mateo Mujika fue puesto en marcha en 2016. Es el elevador más utilizado del municipio.

El tercer ascensor, solicitado por los vecinos de la Portería (zona nueva) es el que en abril de 2017 entró en funcionamiento, adosado al frontón Ezkierdi.

Ya está en marcha la obra del cuarto ascensor y el equipo de gobierno del PNV siguen hincando el diente a los problemas ligados a la accesibilidad. Posa la mirada en otras calles para actuar en lo que la orografía de las mismas permita u ofrezca posibilidades. Se trata de la zona de Bista alai y de las calles más altas de la Portería.