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Aspecto que presentan la acera de la Calle Fernández Ollero situada junto a la proyección del muro perimetral del Hogar Madre de Dios. / R. Solano

La reurbanización de la Calle San Felices, una de las dos arterias en las que se actuará en los próximos meses, responde al interés del Consistorio jarrero por «mejorar la comunicación entre el Barrio de la Estación, donde se ubican varias bodegas centenarias, con el centro del casco histórico», al integrarse en el circuito que se habilitará entre ambos espacios, una vez tendida la futura pasarela sobre el cauce del río Tirón, y se verá aliviado al mismo tiempo con la construcción del ascensor inclinado que pretende salvar la diferencia de cota entre El Ferial y el Pilar Bajo.

Así consta, al menos, en la memoria que justifica la actuación municipal, valorada en 226.000 euros y sometida a proceso de licitación.

El informe elaborado por los técnicos del Concejo alude, básicamente, a la futura creación de estas dos infraestructuras para conectar el barrio de las bodegas con el centro de la localidad, y confirma que esa comunicación «se completará con la reurbanización de la Calle San Felices», una obra que delimitará la actuación llevada a cabo recientemente en el Pilar Bajo y por la intersección de las calles Costanilla y Atalaya.

Como en Fernández Ollero, la otra vía sobre la que se actuará en breve, también en este se alude a las «malas condiciones de conservación» en que se encuentra, al presentar «soleras rotas y un muro de contención sobre la Calle Atalaya en malas condiciones estéticas y de estabilidad».

He ahí los motivos por los que la Administración local asume la necesidad de replantearse, no sólo la resolución de esas carencias, sino de mejorar su funcionalidad y accesibilidad, además de la estabilidad de la arteria y su entorno, atendiendo a las pautas marcadas por el despacho de ingeniería Cintec, al que se encargó la redacción del proyecto de ejecución.

En su propuesta, detalla el documento al que ha tenido acceso este periódico, se alude en concreto a la realización de los trabajos necesarios para estabilizar, fundamentalmente, el muro que delimita la diferencia de cota entre las calles San Felices y Atalaya, al advertir su cansancio estructural y desplazamiento, proponiendo la creación de un segundo muro soportado con una pantalla de micropilotes.

Al mismo tiempo se prevé la creación de una nueva calzada con pavimento de hormigón semifratasado, la realización de una nueva acera perimetral entre la calzada y el muro de contención, acabada con pavimento del tipo ecogranic, el acondicionamiento de la red de saneamiento existente, la reposición de piezas especiales y válvulas en los nudos existentes, así como dos acometidas domiciliarias y otras dos bocas de riego en la red de suministro de agua de boca, el desmontaje de las luminarias existentes en fachada, la entrada en servicio de una canalización soterrada para la instalación de cuatro nuevos puntos de luz, la señalización vertical y horizontal de la zona, la instalación de una barandilla de protección de peatones sobre la coronación del muro, ahora mismo inexistente, y la mejora del aspecto estético del muro desde la Calle Atalaya, mediante la restauración del bloque de mampostería que hay en la actualidad.