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Un inmueble en el que residen decenas de vecinos. MARTÍ FRADERA

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Tiempos difíciles para las comunidades de propietarios. El acuciante incremento del precio del gas, la luz y el gasoil les aboca a tener que hacer malabares con los números para abonar las facturas de los suministros, que registran subidas de hasta un 40%. En función de lo saneadas que estén las cuentas de cada comunidad, de si tienen más o menos margen de maniobra, en algunos casos se está optando por recortar gastos y en otros, por aumentar las cuotas a los propietarios. El secretario del Colegio de Administradores de Fincas de Extremadura, Alfonso Javier Pérez, explica que en las comunidades que tienen superávit se pueden mantener las cuotas a costa de ese margen, pero en otras «tenemos que acabar subiéndolas». Puntualiza que el nivel de incremento de estas depende de lo que suponga el consumo energético en cada comunidad, pero «como poco están subiendo un 10%». 

Sobre este asunto, Pérez informa de que el gasto en el suministro eléctrico de algunas comunidades de vecinos se ha duplicado, sobre todo, en aquellas que tienen instalados muchos ascensores o grupos de presión, pues son «elementos que consumen bastante». Para ejemplificar con números reales esta cuestión, indica que la semana pasada asistió a una junta de propietarios en la que se presentaban las cuentas y en ella se dio a conocer que este año habían pasado de pagar 600 a 1.400 euros, cuando el consumo eléctrico generado por el alumbrado y las puertas automáticas del garaje sigue siendo el mismo que tenían. «Lo que han subido son las tarifas», lamenta.  

Con la llegada del invierno y el precio del gas por las nubes, las previsiones que tienen relativas al importe de las facturas que van a generar las calefacciones centrales de los inmuebles son «muy preocupantes, ya que estas pueden suponer que el gasto casi se triplique». «El problema de la calefacción central es que es un gasto muy importante en una comunidad, que se registra en un periodo de tiempo corto, que en el caso de Extremadura podría fijarse entre los meses de noviembre y abril», apunta. «Estamos hablando de unos volúmenes de consumo muy importantes, porque en una comunidad de 50 vecinos con calefacción central, se puede consumir de gas entre 40.000 y 50.000 euros, y la factura se te puede ir fácilmente a 150.000 euros». «Eso va a suponer, a priori, que la comunidad se replantee cambiar los hábitos en el funcionamiento de la calefacción, incluso podría llegar a cancelarse este servicio o la solución más drástica desde el punto de vista económico, que sería aumentar las cuotas», advierte. 

Antonio Civantos Cortés, administrador de fincas en la ciudad de Cáceres, asegura que los gastos se están «ajustando al mínimo». «La subida que se tiene prevista en el recibo de la comunidad es de un 40%, tanto a nivel de luz como de gas, por lo que se está optando por recortar horarios», afirma. «Nosotros contamos con unas comunidades muy saneadas y estamos intentando mantener las cuotas, pero en el transcurso del año, si se tocan los fondos habría que ver si se tendría que pasar alguna derrama. Cualquier gasto que se tenga previsto hay que tenerlo muy ajustado, incluso hay cosas que se están posponiendo hasta el año que viene. De momento, estamos a la expectativa», sostiene.

Con el objetivo de recortar al máximo los gastos, Civantos avanza que ya se está hablando de reducir de 12 a 9 las horas de funcionamiento de la calefacción central. «Nosotros trabajamos con gasoil centralizado y lo que hicimos en el mes de agosto, que hubo una semana en la que bajó el precio, fue llenar los depósitos, por lo que estimamos que tendremos hasta enero o febrero», indica. En el caso de la luz, destaca que se opta por aplicar diferentes medidas de ahorro, como controlar con el mismo encendido todo el garaje, habilitar alumbrado por secciones o cambiar las luminarias de los recintos por otras de tipo led, cuyo consumo es menor. 

«A nivel de piscinas igual, si antes la piscina se mantenía, ya estamos optando por ponerle una lona de mantenimiento para que no esté depurando durante todo el año, incluso en algunas zonas también se han eliminado los riegos», añade. Ante esta situación, la colaboración de los propietarios es fundamental. «Estamos teniendo muchas juntas de propietarios y poniendo cartelería para concienciar a los vecinos de que cada gesto que hacen mal repercute en su bolsillo y en el de todos», recalca. 

Cabe recordar que el Consejo de Ministros aprobó la bajada del IVA del gas del 21% al 5%, una medida que afectaba también a las calefacciones centrales. El secretario del colegio de administradores de fincas reconoce que esta rebaja «ayuda», sin embargo, señala que desde el sector se ha solicitado al Gobierno central que las comunidades de vecinos puedan contratar la tarifa regulada de último recurso del gas. «No tiene sentido que las comunidades, por el hecho de tener que comprar el gas para un volumen alto porque tienen que asistir a la calefacción de varios domicilios, no tengan la misma consideración que un domicilio y puedan ajustarse a la tarifa de último recurso», subraya. 

Por último, indicar que pese a la subida de las cuotas a los vecinos de algunas comunidades, que solo supone una arista más de las que conforman el día a día de la economía doméstica, no se está percibiendo un incremento de la morosidad. Eso sí, Pérez advierte que si la situación no cambia y vuelve a generarse una crisis como la de 2008, sí es muy posible que aumente el número de propietarios morosos.

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