Los ascensores exteriores, una solución cada vez más demandada en Cáceres | Hoy

2022-10-09 20:49:01 By : Ms. Jessie cui

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Solución que han dado al 14 de la avenida de la Bondad para instalar el ascensor haciendo una obra de ampliación del portal con escalera nueva. / a. méndez

María Nieves Fernández tiene 87 años y lleva 46 residiendo en el número 16 de la avenida de la Hispanidad. Su piso es un tercero y el edificio no tiene ascensor. Aunque hay vecinos más jóvenes, la mayoría son mayores con la salud resentida por la edad y algunas dificultades de movilidad. Es su caso, aquejada de una dolencia en una pierna le cuesta ya bajar y subir la escalera. «Bajo a la calle a hacer alguna compra, pero no mucho», apunta esta vecina, cuya comunidad está tramitando la instalación de un ascensor sobre la fachada.

El bloque, de cuatro plantas, ha cumplido el medio siglo y es uno de los 14 de la manzana delimitada por la avenida de la Hispanidad, la de la Bondad, la calle el Redoble y la avenida Angelita Capdevielle. Los vecinos solicitaron permiso al Ayuntamiento hace dos años para instalar el elevador.

Por el tipo de construcción del bloque, con una escalera angosta y sin hueco para habilitarlo en el interior, la obra tiene que ser en la fachada. Pero la principal del número 16, en la que está el portal, da a la avenida de la Hispanidad y la estrechez del acerado en este tramo impide ampliarlo hacia la vía pública. Por eso, el proyecto se plantea en la parte trasera del edificio y los residentes accederían a los pisos transformando en puerta una pequeña ventana que da a sus cocinas, lo que implica reformar también esta estancia.

Ellos mismos, según ha contado uno de los vecinos a HOY, han sufragado los gastos (unos 2.000 euros) del estudio de detalle que afecta a «toda» la manzana, para que todos los bloques adopten una solución similar.

Costear una instalación como la que esta comunidad tiene que ejecutar, que conlleva una gran obra, se les puede a ir a unos 100.000 euros, según el presupuesto actual que manejan.

Las empresas instaladoras suelen gestionar la financiación con una entidad bancaria. En este caso, cada vecino tendría que asumir durante unos 10 años una derrama que estiman en unos 100 euros mensuales.

La comunidad espera que la Junta de Extremadura reactive la convocatoria de ayudas a viviendas para iniciar la actuación que resolverá los problemas de accesibilidad. Según la Consejería de Vivienda, dicha convocatoria está actualmente en proceso de resolución. Se aprobó, según indica, con un crédito de un millón de euros que se ha ampliado hasta los 6,1, y este año saldrá una nueva.

«Es un gasto importante pero estoy a favor porque soy muy mayor, pero cuando esto lo quieran empezar y terminar no sé donde estaré», asume con la entereza que dan los años María Nieves.

Su vecina Cayetana, que vive en el segundo, no comparte el proyecto porque implica remodelar la cocina. «Si fuera por la escalera, lo firmaría ahora mismo, pero no estoy de acuerdo con que me rompan un trozo de cocina. Soy pensionista y es un desembolso importante», justifica.

Donde han estado de acuerdo la mayoría de vecinos es el número 14 de la avenida de la Bondad. Esta comunidad de dos portales lo tenía más fácil para intervenir en su fachada porque cuenta con un amplio recinto exterior propio. Los pisos los promovió una cooperativa de mecánicos hace más de 50 años. En la placa de una de las viviendas se lee todavía la profesión de su propietario: chapista.

María Nieves Fernández en su cocina, a donde daría el ascensor. / armando méndez

Ejecutar la obra para adherir los dos ascensores a la fachada, con la construcción de una escalera nueva, costó 80.000 euros por portal en 2017. En cada uno residen seis vecinos, que recibieron una subvención de unos 4.000 euros por propietario. «A priori no estaba a favor porque vivo en un primero, pero una vez hecho, reconozco que es lo mejor que hemos podido hacer», admite uno de ellos.

«Estábamos todos los vecinos de acuerdo porque somos mayores, llevamos más de 50 años aquí y una señora tiene más de 90», indica, por su parte, Carmen García, de 81 años, que vive con su marido, Eugenio Cisneros, de 87, en un segundo del primer portal.

«Hay una demanda enorme y hay una necesidad muy importante porque hay gente que vive encerrada en su casa», afirma Justo Pérez, de una empresa de ascensores. El profesional advierte que sin ayudas las comunidades no se deciden a dar el paso. Señala, a su vez, que el coste rondaría ahora los 130.000 euros.

Su compañía se encargó hace unos de instar dos en la calle Santa Teresa, en la Madrila, y otro en Españoleto, 2.

El tema económico es, según José Antonio Ayuso, presidente vecinal de Llopis Iborra, otro barrio con edificios antiguos, el mayor escollo para instalar ascensores en su zona, que también cuenta con numerosa población envejecida. «Aquí los salarios son muy bajos y las comunidades de vecino ni siquiera se lo plantean», asegura el dirigente.

El Ayuntamiento anunció en septiembre de 2019 que autorizaría la ocupación de parte del espacio público para instalar ascensores en las fachadas de los edificios que no disponen de espacio en el interior. La medida respondía a una demanda solicitada hace tiempo vecinos de la zona de la plaza de toros.